En Alcázar de San Juan a 31 de Mayo de 2014.
Estimada familia:
Ya que me escriben preguntándome por lo ocurrido, sepan ustedes que soy Ana Garcia, una joven de 16 años, de estatura media, delgada, morena y con los ojos claros. Me cuesta mucho escribir esta carta ya que soy muy tímida. Pero al igual que tímida soy amable y educada y creo que debéis conocer mi historia.
Me malcríe en un pequeño pueblo de Toledo, no era muy grande, pero tenía todo lo que necesitaba; un mercado en el centro de la ciudad, tiendas de comida y una gente estupenda que vivía en aquellas calles tan estrechas. Pero yo no tuve mucha suerte. Mi padre abandonó a mi madre cuando ella se quedo embarazada de mi y mi madre, sola, se tuvo que buscar la vida para poder criarme. Os preguntareis que hizo, bien, ella vendió la casa donde vivía y busco un trabajo, pero lamentablemente no la querían en ningún sitio debido a su embarazo. No tenía donde ir y tenía que dormir en portales de casas, pues mi padre era él que trabajaba,y como la dejó, mi madre dejo de tener dinero.Y la noche del dos de Enero, mi madre dio a luz. Con el poco dinero que le quedaba de cuando vendió la casa, pudo comprar algo de ropa para no pasar frío en aquellos oscuros portales. Una noche , en uno de los portales donde dormíamos, vivía una señora mayor, muy bajita encorvada y con un moño blanco de las canas, pero muy buena persona. Nos dio un hogar a cambio de que mi madre la sirviera. Cuando yo empece a tener uso de conciencia, mi madre se fue de aquella casa, dijo que yo ya era mayor para complacer a aquella mujer y se desentendió de mí. Nunca supe por que, pues nunca me llegaron cartas de ella, pero creo que debía mucho dinero y la buscaban y por eso tuvo que dejar el pueblo. La anciana mujer, Matilde, a los cinco años de que mi madre se marchase, enfermo. No tardó mucho en morir y dejarme sola en aquella casa que no podía mantener, pues no tenía dinero. Vendí aquella casa y con el dinero compraba comida. Trabajaba donde podía, pues aun era pequeña para tener un trabajo estable. Así me he pasado la mayor parte de mi vida, vagabundeando como mi madre; intentando conseguir una verdadera familia.
Ahora que conocéis mi historia, le ruego por favor que me acojan en su casa, para poder estudiar; Matilde me enseño a leer, pero no me importaría servirles. Yo lo único que quiero es tener una vida digna, un hogar caliente y no un sucio, frio y oscuro portal para dormir; y una verdadera familia a la que poder querer.
Un saludo
Ana.
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